Escrito sobre las implicaciones éticas que tiene cometer plagio académico
En la disputa de los derechos de autor, se han presentado varias discusiones acaloradas donde hay personas que apoyan diferentes puntos de vista y cada quien parece no dar su brazo a torcer. Por un lado encontramos a quienes defienden la propiedad intelectual, inclusive exigiendo a las autoridades penas monetarias y jurídicas donde se prive de libertad a quien infringe la propiedad intelectual (García, E. R. 2013), y podemos ver el otro lado de la moneda donde el público en general no condena estos actos, donde el silencio es tan fuerte como para apoyar esto y da a entender que no solo lo aprueban sino se benefician de las múltiples posibilidades que se dan en el mundo actual para realizar estos actos.
En la protección de la propiedad intelectual se entran la copia de los escritos (libros, revistas, periódicos, tesis, etc.), películas, fotografías, software, entre muchos otros, y en un mundo tan interconectado como nunca antes lo había estado, las mismas herramientas que han ayudado a promulgar estas prácticas indebidas, ahora se ven como herramientas de control en un futuro donde toda la información este en servicios de “la nube” que permita el acceso pero no la descarga a dispositivos magnéticos (García, E. R. 2013).
Un tema es la información que se usa para entretenimiento, pero otro muy distinto es la que se usa para crear conocimiento y es que en el ejercicio de crear conocimiento y desarrollar profesionales que ayuden a la humanidad está implícito un tinte ético que se debe incentivar en todos los actos académicos. Es por esto que dentro del proceso de protección de plagio académico, se desarrolló estándares que permiten el uso de información sin autorización del autor pero dándole el reconocimiento merecido a la fuente, estos estándares llamados paso a paso, determinan que el estudiante pueda desarrollar sus trabajos para crear conocimientos basándose autores anteriores, que adicional ayudan a argumentar sus escritos (García, E. R. 2013).
Las consecuencias a las que se puede enfrentarse un estudiante que genere plagio académico son de tipo disciplinario impartidas por el reglamento de la institución en la que se encuentre, y éticas, pues el desarrollo de la educación se encuentra enmarcado por un ambiente positivo hacia la legalidad y los actos correctos, y el uso de información, usándola sin el debido reconocimiento a el autor, se ve como un robo intelectual, un acto que socialmente es condenado, aunque este rechazo debería ser suficiente castigo para que ninguna persona cometa este acto, ya se ven en el mundo prácticas que pueden penalizar a quien realice estos actos: en Francia, las leyes Hadopi I y II buscan evitar el plagio y proteger la propiedad intelectual advierte y posterior sanciona con la prohibición del uso de internet a quien descubra usando información sin uso del autor Bernal (Ramírez, E. J. (2012). Estas medidas de advertencia han permitido que se disminuya en un las descargas indebidas en un 22% de las personas notificadas y que el 50% de los mismos dejen estas prácticas, lo que da un buen indicio para concientizar a la personas del valor de los derechos de autor, lo preocupante es que se deban realizar y que las medidas deban estar respaldadas de acciones más fuertes en caso de reincidencia.